El descanso del guerrero

Sábado 23 de agosto. El viaje en ferry desde Alcúdia hasta Maó y luego el desplazamiento a la casa de Josep hace que acabemos la jornada del viernes a las dos de la mañana del sábado.

Dormimos. Dormimos extrañamente bien, encima de algo a lo que se suele llamar colchón y de lo que nos habíamos olvidado durante 10 días ;)

Josep ya está en marcha a eso de las ocho y media de la mañana. Marina, su hija, no entiende de esfuerzos ni expediciones y reclama la atención del papá y claro está, Josep nunca dice no a Marina. Además, Josep es amante de las siestas :) y claro, por las mañanas está en marcha prontito.

Yo, por el contrario, no soy de siestas. Pero me encanta que las mañanas se alarguen en la cama siempre que puedo. Para mí, el día comienza a las 10 y cuarto. Y empieza con esta sonrisa dentro de una de las piraguas, con Josep al lado de ella:



Marina siempre tiene una sonrisa para quien la mire :) Tiene la grandísima suerte de poder crecer en un entorno increiblemente bonito, donde puede salir a la calle tranquilamente y relacionarse con otros niños de su edad, algo que hoy por hoy es un lujo para muchos, algo que muchos no recuerdan ya ni tan siquiera.

La mañana empieza con una sesión de compras. Tenemos que acercarnos al supermercado y avituallar la casa! :) También pasamos por la ferretería a comprar un poquito de Epoxi para reparar los rasguños de la piragua. En el último momento olvido comprar spray de silicona para rociar todos los elementos de goma, las lineas de vida y todo elemento en general que necesite protección solar y acuática. ¿Habéis probado a rociar con spray de silicona los tambuchos de la piragua? Una vez rociados por dentro y por fuera, el cierre de los mismos es mucho más suave y además quedan mejor protegidos contra el desgaste producido por los elementos...

Volvemos a casa. Y nos disponemos a limpiar y reparar las piraguas:



Bonito entorno eh? ;) Josep tiene una casa que para mí es enormemente acogedora :) Gracias por todo Josep!!!! :)

Una vez limpias y secas las piraguas detectamos las zonas dañadas. La piragua de Josep, una seayak con 10 años ya a sus espaldas, no muestra daños de importancia (ventajas del plástico!) mientras que la mía muestra algunas heridas.





Preparamos un poco de Epoxi y untamos las zonas dañadas. La piragua está lista para nuevos retos... y ahora descansa en el paraíso menorquín. Descansará durante 18 días. Luego, volverá a la navegación. El guerrero descansa, pero a la vez desea volver entrar en batalla....

Mañana domingo marcharé de retorno a casa. Atrás quedan los dias maravillosos que hemos pasado Nolo, Josep i yo. Pero delante, aparecen nuevas aventuras.... ¿Que más se puede pedir?

Un abrazo a todos.