lunes, 18 de agosto de 2008

La piel del Dragón

Amanecemos el sábado día 16. La noche anterior hemos podido disfrutar de una excelente cena en el restaurante Port Drac (saluditos para Asun! para Ania! para Mari Angeles! y para todos los que nos trataron tan magnificamente bien!) y disfrutamos de una puesta de sol realmente espectacular.



El restaurante dispone de un pequeño muelle donde pudimos dormir a pierna suelta bajo una luna casi llena que nos iluminaba. Allá pudimos descansar y prepararnos para el trazado que nos había quedado pendiente el dia anterior: La vuelta a la Dragonera.



La previsión pinta muy bien. Viento de componente sur nos acompañará todo el día... y así ha sido. Iniciamos nuestra aproximación a La Dragonera por el norte, para luego darle la vuelta, hacer una paradita en Cala Lladó para comer algo (lo de comer algo es un decir... hasta el momento... todas nuestras comidas entran en la categoría de "opíparas") y luego trazar camino hasta llegar a Estellencs.

En la foto, Manel Salord, Nolo pa los amigos, cerquita del faro del norte de La Dragonera.



Vencido el norte de la isla, el dragón nos muestra su piel aterradora con toda su intensidad, protegidos del viento inicialmente, intuyendo el mismo a medida que nos acercábamos a la boca del dragón.



Nolo e "Indiana Pons" jejeje... avanzan con el corazón encogido por la agresividad con que el dragón eriza su piel...



y de repente... empezamos a divisar la boca del dragón... aunque... más bien parece la cabeza de Toro Sentado, con su tocado de plumas al completo!



Una vez superadas las fauces del dragón, los vientos del sur se recrudecen y nos empujan con fuerza hacia el norte... Paramos en Cala Lladó, dentro de la isla para reponer fuerzas y luego continuar hacia Estellencs.



Avanzamos hacia Estellencs y tropezamos con la primera de nuestras sorpresas acuáticas: cascadas de agua dulce caen directamente al mar por los acantilados de Estellencs, que nos permiten tomar una ducha fresquita sin apearnos de la piragua. Aquí estoy refrescando mi "todavía" reluciente calva.... que iría adaptándose poco a poco al carácter agreste de la Sierra de Tramontana (gracias debo dar a los mosquitos de Estellencs por dejármela como si estuviera padeciendo viruela :( )



Llegamos a Estellencs... pasadas las ocho de la tarde... Ciertamente estamos acabando bastante tarde todos los dias... y empezando bastante tarde! jajajaja!



Anochece... y se avecina un ataque brutal contra mi preciosa y pulida calvicie... y resto del cuerpo.... Esta noche dormiré completamente desnudo... haciendo vivac, metido en el saco. Olvido el aután y a las dos y media de la mañana, miro de encontrarlo dentro de la immensidad de los tambuchos de la piragua. Mientras tanto, los mosquitos se ceban conmigo...

Mañana será otro dia.... precioso y espectacular.

1 comentario:

  1. Ya te lo decia niño....el autan...no te lo olvides...de ponertelo claro...suerte chavales.

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