jueves, 16 de julio de 2009

Día 11. Un momento "Magí"

Hoy la etapa ha empezado en Cala Morell y acabado en Son Xoriguer.



De una tacada me he zampado, además de la paella que habéis visto ;), todo el oeste de Menorca, haciendo una paradita en Cala'n Blanes pa zampar y avituallar.

Si tenemos en cuenta que empecé con mis compañeros el 6 de julio en Son Xoriguer, puede decirse que he completado la vuelta a Menorca, aunque la aventura para mí volvió a comenzar en Es Grau y acabará allá cuando vuelva a dar el salto a la isla encantada.

Hoy ha sido un día lleno de emociones intensas.
Carles y Teresa me habían comentado que, antes de llegar a Punta Natí, en Cala Morts había una cueva interesante para visitar. La cueva guarda bien su secreto y, en esta ocasión no he podido entrar en ella debido al mar agitado que había por allá.

Ese mismo mar agitado protege la entrada de la cala Pous. La cala es de paredes muy elevadas y se estrecha rápidamente con lo que allá el mar que entra de norte produce un mar colapsado y agitado muy muy bonito :) Después de pasar esa agitación, la cala va estrechándose... y calmándose. Es realmente preciosa.



Al final de la cala, un embarcadero de cemento desgarrado y muy resbaladizo invita a salir de la piragua y estirar las piernas.



Silenciosamente llego al embarcadero y de repente, un menorquín encantador, Magí de nombre, 70 años de niñez, me sorprende saliendo de detrás de unas rocas. "Hola! Això es vida eh?" me espeta. ¿Encantadora presentación verdad?

Sin mediar más palabras entramos en un diálogo emocional e íntimo. Magí me explica que esta zona está repleta de "tàperes" (no recuerdo ahora mismo como se llaman en castellano... alguién me lo recuerda? :) Pero realmente Magí está aquí para hablar con su íntimo amigo Joan. Un íntimo amigo que murió hace ya tres años, un maldito cáncer se lo llevó. Sus cenizas descansan precisamente en esta cala. El embarcadero precisamente, era producto del trabajo de Joan. Magí emocionado me explica la historia y... llega a una conclusión aplastante: "La vida hay que vivirla, son 4 días".

Correspondiendo a su emoción yo le explicó a Magí el origen de mi afición a navegar en kayak. Algunos ya sabéis la historia... pero la contaré aquí tal como la conté a Magí.

Allá por el año 2002, Raquel, mi cuñada me decia emocionada... Manel! Tienes que probar esto del kayak!!! Te encantará! me decía. En aquel entonces, Raquel emanaba energía, aunque le faltara una pierna. Un maldito cáncer de hueso se llevó la pierna por delante, pero no sus ganas de vivir y su pasión por el deporte.
Raquel quedó prendida del kayak de mar al comprobar que, una vez dentro y cerrado el cubrebañera, era igual a todo el mundo.
Mi primera experiencia con un kayak fue con un autovaciable doble!. No fuí capaz más que de dar vueltas sobre él contínuamente. Esto del kayak es una mierda! pensé...
Luego vino la prueba de un kayak tapado, uno de plástico algo mejor, la fibra y.... la Sipre!
Aquí me he quedado por el momento y... tal como va la piragua... dificilmente cambiaré de modelo :) Gracias Artur!!! :) Fantástica piragua.

Raquel continuó practicando hasta que la vida se lo negó. Caían las primeras bombas en la guerra de Irak, el 20 de marzo de 2003, cuando su vida se apagó.

A mi me dejó su legado: La pasión por el kayak de mar. Sirvan mis ojos y mis viajes para que ella, de alguna manera, siga disfrutando.

Ya lo decía Magí: La vida son 4 días. Hay que vivirla.
Hoy 15 de julio he vivido un momento mágico. Un momento "Magí".

Un abrazo a todos.

1 comentario:

  1. ...les "tàperes" són les "alcaparras", buenísimas por cierto...
    La vida son cuatro días y con viajes y paisajes y gentes que vas encontrando por el camino es más intensa...Molts petons!

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